La madre del poeta

Vengo de la tierra mordida por los perros

de las conspiraciones y los oprobios,

del frio plomizo sobre toda la existencia

de la selva sabia y guerrera

al caos similar de las calles.”

Escribir es una de las tantas maneras de estar en este mundo, de levantar la mano y decir presente. De enfrentar con coraje lo que nos rodea, cuestionándolo, mirándolo con el ojo de quien al preguntar dudará de la respuesta. Es la búsqueda del poeta, que, al encontrarse con las cosas y las personas, establece un diálogo que, tal vez, como en este caso, sólo una madre pueda comprender. Ella no está mirando a su hijo, ella lo está sintiendo mientras lo lee, mientras lo imagina, mientras lo acompaña, mientras lo escucha, mientras arremete frente a las circunstancias y edita sus primeros libros. Y ese cordón umbilical enhebrado por lo que va sintiendo es tan poderosamente firme, seguro, enérgico, que es para el poeta, la dinámica de una palabra que lo hace habitante de una ciudad que lo admira como hijo, como hermano, como amigo, como compañero, como amante. Ella no está mirando a su hijo, lo está viviendo.

“¿Me escuchas

cuando

en silencio

te hablo

y mi corazón late porque te tiene cerca

y lo repentino se va con tus palabras de mis labios

y sabe que vive porque te recuerda?”

Andrés E. Barbosa Vivas, el poeta, nació el 22 de marzo de 1987, en la ciudad de Bogotá, Colombia. Al ritmo de sus estudios y de su trabajo, el poeta no quiso quedarse esperando, decidió salir al encuentro, y lo hizo haciendo de la palabra su estandarte con el que se apostó en las calles, en las plazas, en los bares, en el transporte público, sumando su presencia a grupos y colectivos que no dudaron en apoyar sus iniciativas. Mercedes Vivas Benites, la madre, nunca dejaría que la llama encendida de sus palabras, como toda verdad, perdieran vigencia. Volvió sobre los pasos de su hijo a través de la Fundación Andrés Barbosa Vivas, reuniendo, compilando y revelando nuevos escritos. Volvió al lugar donde la poesía conoció a su hijo, donde su hijo decidió quedarse para siempre. Conocí al poeta a través de su madre. Conozco a su madre a través del poeta.

“(…)

¿escuchas cuando digo te quiero?”

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©Jc

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