La memoria del fuego


 Lo que debió habernos unido no lo hizo. ¿Acaso alguna vez estuvimos unidos? La reunión primigenia alrededor del fuego, lo que para algunos comenzó a ser un momento de encuentro, de celebración, para otros, no fue más que la premonición del mal acechando en las sombras, que ahora, revelada sus contornos y alargaba la sospecha sobre quiénes eran aquellos que se reunían alrededor de las llamas. Para fundamentar sus teorías conspirativas sobre el mal encarnado en el fuego, incendiaron algunas chozas mientras sus moradores dormían. En el terror de los gritos acorralados por las llamas, plantearon la respuesta: Lo que nos une, también nos separa.

Lo que no previeron los detractores del fuego es que con el propio carbón de los leños comenzarían las primeras inscripciones, símbolos de una realidad que transcendía a la propia llama y a los reunidos alrededor de ella. De las cenizas, de lo que pareció antagónico e irreconciliable, el dibujo de aquellos primeros jeroglíficos estableció un nuevo paradigma: El fuego no es el problema sino lo que decidimos hacer con él.

Desde aquél entonces, lo que debió habernos unido no lo hizo, el fuego, las palabras, pero estableció que las diferencias entre unos y otros, no estarían dadas ni por el fuego o las palabras, sino por lo que cada cual decidiera hacer con esos elementos. En un principio todos parecieron estar de acuerdo: Construir una unión en una íntima relación con la naturaleza del fuego y las propiedades vinculares de las palabras. Pero la memoria no resistió el paso del tiempo y las palabras se tergiversaron. Se olvidó, así, el terror de los gritos acorralados por las llamas, las palabras asumieron la función del fuego y lo destruyeron todo. Se olvidó que, sin la memoria del fuego primigenio, sin las palabras cargadas de imágenes, ya no habría razón para reunirse alrededor de una fogata porque ya no tendríamos las palabras que nos vincularan. Desde entonces, siempre la duda, el combate, de nosotros con nosotros, de nosotros con los otros, de los otros con todos, de todos contra todos.

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