Malamadre 3: La madre


 



“¿Nunca lo has pensado? Es verdad, uno nunca piensa en esas cosas.”

 

Nació en la periferia de un pueblo cuyo punto en el mapa es un lugar equivocado, tan equivocado como el comportamiento medieval de algunas zonas marginales, que se sustenta en supersticiones, religión e ignorancia, donde el amo decide el destino de su familia, que no puede hacer otra cosa que someterse o exiliarse.

 

Esa vorágine de supersticiones e ignorancia hizo de ella una mujer amurallada en el silencio, para que nadie viese el horror en su semblante ni escuchase el grito detrás de los muros. Abusada a los 14, quedó embarazada. Para preservar la imagen de una hija inmaculada, la unieron al primero que cruzó la calle: Es un trabajador y no te hará pasar hambre. A los 15, su primera hija.

 

El lobo en la piel de cordero, tomó posesión de sus tierras, haciéndola mujer para que pariera a sus cachorros y ampliar su territorio. A sus 17 nací y a los 18, mi hermana. Abandonó la cueva y en un intento por recuperar a sus hijos, fue juzgada y de nuevo sometida: Puta, es la mujer sin marido y con hijos, mejor que un hombre te ampare en sagrado matrimonio. Sin mediación de juez o abogado, el enviado de Dios, resolvió: El macho se queda conmigo, la hembra con vos.

 

Nació en el patio trasero del mundo y se la llevó la vida intentando cruzar la frontera de la miseria y de los miserables: Su primera hija murió a los 24, como consecuencia de un aborto clandestino, y ella se dejó morir a los 65, acorralada, vencida, por el peso de su propio silencio que nunca la mantuvo a salvo.

 

Próximo Capítulo: Harta(s)

Libro Recomendado:

 

El cuento de la criada, Margaret Atwood.

 

El libro aborda la opresión de las mujeres, la pérdida de la autonomía, de la identidad, la manipulación del poder y la resistencia. Ni distópica ni feminista, literatura, que no es imitación ni calco, sino reflejo del devenir humano que avanza y retrocede, que construye o se destruye con la misma convicción. Acuerdo con la escritora cuando define su trabajo como “ficción especulativa”. La opresión y la subyugación de una mujer sometida, golpeada, callada, violada, prisionera, vigilada, degradada, es el retrato, de lo que fue la vida de mi madre.

©Jc

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