Si hay algo que celebramos de los libros es su capacidad de supervivencia que, el fuego, el agua y el odio han podido deshojarlo, herirlo, pero nunca han logrado extinguirlo por completo. La encuadernación ha sido la armadura que los ha defendido de los estragos del tiempo y de las miserias. En cada puntada y en la elección de los materiales, los encuadernadores han forjado un legado de resistencia, confiriéndole al libro una singularidad que revela los desafíos enfrentados, para dotarlo de cierto grado de inmortalidad.
Los errores son parte esencial del proceso creativo. Enfrentar el desafío del primer libro encuadernado puede ser desafiante, incluso desalentador, pero según Israel Reyes, Fundador de Appa Encuadernación, estos tropiezos iniciales son piedras angulares para el crecimiento. Su filosofía se resume en un mantra sencillo pero poderoso: "No sé cómo, pero sé que puedo". Cada error es una lección, y cada lección es una mejora en el camino hacia la maestría. Para Israel, la encuadernación es un viaje evolutivo. Resalta que, al comparar el primer libro con el último, la transformación es evidente, que se refleja, no sólo en la técnica, sino también en el progreso personal y artístico. En su trabajo como tallerista puede observarse un alto nivel de disciplina, compromiso y estrategia, cuyo objetivo trasciende el resultado de un libro bien encuadernado, para inspirar a sus alumnos, a ser emprendedores del cambio que quieren ver en sus vidas.
«La encuadernación puede ser un oficio, una manualidad; puede ser un hobby, puede ser una terapia y puedes llevarla a asuntos académicos de doctorado y maestría. Es algo que se adapta». Independientemente de la perspectiva que adoptemos, Israel destaca la importancia de los procesos que, aunque parezca que sólo hacemos uso de nuestras manos, transforman las obras y nuestra percepción personal: El deseo de cambiar el mundo comienza con la voluntad de transformarnos a nosotros mismos.
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©Jc
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Israel Reyes – México
Appa Encuadernación @appaencuadernacion
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