Toda forma de expresión es como un campo de fuerzas en constante oscilación, donde se equilibran y desbalancean dos tendencias opuestas, que existen en aparente armonía, pero que sostienen un conflicto fundamental bajo la superficie. La comunicación busca abrirse, exponer, transmitir, mientras que el objeto, literario, escultórico, fotográfico, artesanal, preserva una resistencia a ser reducido a mera interpretación o a convertirse, sólo, en un vehículo de mensajes. Al igual que en la narrativa donde el escritor manipula una serie de tensiones, la expresión en general contiene este vaivén que oscila entre la claridad, transparencia, y el hermetismo. Bien podría expresar que cada manifestación artística mantiene su propio secreto en una tensión en la que se entrelazan comunicación y misterio, como un eco de lo que queda sin decir. A través de las publicaciones en este perfil intento explorar, ensayar, aproximarme a ese, «eco de lo que queda sin decir», trazando paralel...
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